La Mar

La mar, desafío permanente, fiera, pero amiga, resulta desde tiempo inmemorial reclamo de la persona que, en virtud de sus deseos e intereses, decide adentrarse en las aguas para surcar sus derrotas y arribar al puerto que sí misma escoge. Al exceso y desafío que supone, el Hombre ha sabido dar —con su libre albedrío y voluntad— cumplida respuesta en toda Edad y Tierra toda, como la Historia demuestra y el Hoy evidencia. La influencia de la mar en el devenir del Hombre toma forma en el análisis que A.T. Mahan realiza en su obra "Influencia del Poder Naval en la Historia, 1660-1783", obra plenamente vigente en tanto que dominar la mar, ese elemento excesivo y hostil, es controlar el futuro. Un hombre es, por tanto, y más allá de condicionantes o diferencias, dueño de su Destino si por tal se tiene, si su ánimo no desmerece a sus sueños.

La mar pues, en su eterno vaivén, encierra la clave del éxito terrenal de todo Hombre y toda Nación, a resultas de que la libertad que ofrece posibilita —y no condiciona— los nuevos horizontes que la Humanidad siempre ha deseado para sí. Es, de ese modo, partícipe en mayor o menor medida de todas las vicisitudes que se presenten en la Historia.

Y una voz se alza en la lejanía:

¡Hombre libre, tú siempre amarás la mar!

Posted by Unknown | | 0 comentarios

Sobre escritores y mazmorras


"¿No se lee en este país porque no se escribe, o no se escribe porque no se lee? Esa breve dudilla se me ofrece por hoy, y nada más. Terrible y triste cosa me parece escribir lo que no ha de ser leído...".

El amigo Larra no andaba desencaminado cuando —ya en su época— dudaba de la utilidad de la pluma. Una tesitura a la que todos, en mayor o  menor medida, llevamos enfrentándonos desde que se difundiera el uso de la imprenta, y con ella se generalizaran las letras. El problema aparece irremisiblemente después de una temporada poniendo negro sobre blanco una parte de ti mismo, de disfrazar con la retórica muchas vidas y experiencias. Momentos plasmados —reales— que de otro modo no existirían. Llega el día en que te lo preguntas: ¿sirve de algo, acaso me comprenden? Caes después, inexorablemente, en retorcidas aseveraciones entre el ser y el no ser, que no es sino decir entre uno mismo, o la fachada que implica el ribete del nombre de un autor; en este caso, tú.

El problema va mucho más allá del alcance que puedas llegar a tener. Eso es lo de menos. Puedes conseguir llegar a millones de personas de diferentes partes del globo, ser traducido a veinte idiomas que, aún así, te preguntes lo mismo, ¿sirve? El acto de la escritura, como expresión artística, implica bastante más que unos números fríos. Lo que todo escritor acaba por preguntarse en alguna ocasión se reduce a si las personas que ama —y en menor medida los desconocidos que posan sus manos por sus escritos— lo “comprenden”. Ésa espectacular razón inconsciente, y no otra, es la mecha que prende y empuja a todo ser humano hacia la expresión creativa. Así, puede llegar la conclusión de que se escribe para desahogar, para soltar en un cajón de papel y cartón los sentimientos, emociones, vivencias o aventuras. De que, en fin, la escritura acaba siendo un grito al viento escuchada por unos pocos capaces de “comprenderla”.

Los hechos y conclusiones expresados por el autor, aun respondiendo a un factor irreal fruto de la creatividad del mismo, son en buena medida hijos de la experiencia, a resultas de que el mismo no sería él sin el camino que dejó atrás, y que lo conformó como persona, como un individuo singular que enmascara los recuerdos con metáforas y personajes. Por desgracia, son escasas las veces en que esto es entendido por el lector, quien observa con ojos glaucos tan solo una historia rubricada tras un título y un nombre o un seudónimo que lo enmascara. Un creador, en resumen, vaciado, desprovisto de su ser, travestido en “canal”. Es comprensible por otra parte que resulte ser así. La mente humana se acerca a lo desconocido tendente hacia la fantasía o la suposición. Por ese motivo no sorprende que el autor, a ojos del conjunto de receptores, no sea nada más que visto como el medio catalizador que hace posible el propio vuelo a través de unas experiencias noveladas y urdidas en la obra.

De ahí, imagino, las inquietudes que ya Larra sentía al decir lo que dijo. La vida de un escritor anónimo —o pintor, escultor, romántico en fin— puede desembocar en esos breves momentos de melancolía, en los que se añore la felicidad del niño que un día se fue; de un pasado arropado y protegido en su totalidad. Y es que él, al descubrir hoy al mundo su caja fuerte —la propia vida reflejada en sus personajes—, corre el riesgo de ser cosificado paradójicamente por expresar y ser más humano. El miedo, la inquietud, la duda de la despersonificación por parte de un receptor que no conoce la historia del autor puede conducir al mismo a un más que probable ánimo decaído, y considerarse máquina que pulsa teclas con mayor o menor precisión.


Pero es entonces, en esas horas bajas, cuando se obra el milagro y el guiño de la intuición pasa de puntillas sobre el hombro del abatido quien, apenas si viéndola desaparecer en la niebla, puede acertar a comprender que lo verdaderamente relevante en la vida del romántico no se sea llegar a dejar huella en un ente anónimo llamado audiencia sino, bajando la mirada, encontrar los referentes que desde un principio siguieron ahí; en quienes y por ellos, puede sostener los pasos que lo encaminan hacia el futuro. Los referentes apuntalan con su existencia los vaivenes del camino. Con ellos, en el viaje romántico o en nómada singladura, el escritor se buscará a sí mismo en una permanente fuga, pero habrá “Triunfado” ante sí mucho antes de poder siquiera perder la vista.

Posted by Unknown | | 0 comentarios

Una ilusión imperfecta


Cuánto tiempo. O no. El instante es el primero, mas el transcurrir entre los sucesivos momentos difiere en definitiva con lo que se me antoja. El ahora, como hecho, es nada. No obstante lo es todo, por cuanto que lo vivido permanece, el porvenir espera para acontecer… y nosotros caminamos. Lo más grande resulta de una acumulación de diferentes pequeños instantes, como si el río no fuera tal sino una suma de sus gotas. Y sin embargo fluye.

Esa especie de suma maestra que conforma la ilusión que llamamos consciencia —como progresión aritmética— no puede ser irrefutable, pues de serlo anularía un hecho: la constatación de que en la vida, como en los sueños, la realidad se dota de una “chispa” que lo cambia todo. Y vemos que no es así. Todo difiere.

La simetría aparente es difusa, no hay blancas ni negras, ni siquiera una gama de grises comprendida entre ellas. Las personas, como hechos singulares, administran con su existencia la inmortalidad que se intuye si disociamos perfección y simetría, entre curva y círculo.

Nada, como comprobamos, es idéntico a lo anterior, ni las gotas antes mencionadas, ni mucho menos las personas. Por ello, se vuelve necesario reflexionar si, en la diferencia, pueda hallarse el secreto de que el instante irreal del presente transfigure la imperfección, vistiéndola de gala, preparándonos para el mañana.

Posted by Unknown | | 0 comentarios

Ya disponible para su libre descarga.

No son motivo de mi afán el éxito o la fama, por lo que he subido el archivo (pdf) a Megaupload para su libre distribución. Tan solo, quizás, espero que a todo aquel que se anime a echarle un vistazo, éste le sea ameno y provechoso; tanto como fue para mí el escribirlo. Ha sido y es un alivio -como siempre lo fue- comprobar que el trabajo y el esfuerzo allanan el camino que todos recorremos, y ayudan a hacer del mismo algo por lo que abrir cada mañana los brazos al mundo.

Éste es el enlace: http://db.tt/gUPSkS4p

Muchas gracias a todos.

Posted by Unknown | | 0 comentarios

Desde el Bauprés



Por fin, tras muchos meses de esfuerzo y por qué no decirlo, de espera, puedo decir que el trabajo ha finalizado.


Hoy es día muy especial para mí, y por ello quiero presentar las tapas de la que será mi "ópera prima".


A falta de unos pequeños ajustes, éste será el resultado.


Un saludo y gracias por el interés.


Marcelo.

Posted by Unknown | | 0 comentarios

Ensayo 2011


En vista de que tengo el blog bastante abandonado, diré que me encuentro desde hace tiempo enfrascado en la culminación del ensayo que ideé hace más de un año, del cual expuse aquí parte de su prólogo, y que pretendo presentar a los Premios Literarios de la UCM de 2011.

La finalidad que persigo no es la de ganar el primer premio, sino la de poder rematar al fin un proyecto que nació con ilusión y que tras múltiples y diversas vicisitudes no pude culminar.

Es por ello por lo que no puedo evitar cierto sentimiento de nostalgia cada vez que visito este blog y no puedo colgar ningún escrito nuevo, pero las circunstancias mandan y la meta ya se vislumbra.

Así pues, pido disculpas a todo aquel que siga o haya entrado aquí buscando novedades. Unas novedades que pronto llegarán.

Un saludo a todos.

Malatesta.

Posted by Unknown | | 0 comentarios