Desde el Bauprés

Comienza hoy mi reflexión con una frase: “Hazte dueño de tu propio Destino.”

¿El por qué de comenzar con esa famosa cita? Porque tengo mis dudas, me pregunto sobre el futuro, entre un Destino férreo y bien atado, entre las posibles desviaciones que nos muestra la vida o si por el contrario, no hay nada escrito.

He de decir que hasta hace bien poco, mi visión sobre el futuro era la de un porvenir atado y bien atado, sin fugas ni fallos, en el que un suceso aparentemente pernicioso en el presente, resultaría benéfico de cara al futuro.

Reflexionando y volviendo la vista atrás, mis experiencias me dicen que como mínimo, hay alguna mano conductora que nos va llevando, en ocasiones incluso como el mar, una mano que mece o mata.

Sin embargo me da la impresión que pese a haber un hilo general con unas experiencias o vivencias programadas, deben de existir “planes B” a cada giro del Destino.

De no ser así, por mucha ley del contrato que exista, nuestra existencia se vería en parte desvirtuada, sería como si Dios mismo nos hubiera traicionado, dotándonos de un libre albedrío aparente (al menos en esta vida).

En otras palabras, viviríamos en un engaño constante, creyéndonos juez y parte al mismo tiempo de nuestra vida sin serlo realmente.

Mi opinión, como he dicho antes, sigue la senda de un futuro maestro programado y a su vez, dotado de diversos futuribles de menor importancia que nos diesen la facultad de “Hacernos dueños de nuestro propio Destino”.

Pero es que hay más, porque si aceptamos este nuevo punto de vista, podremos comprender la existencia de un lado oscuro o maligno en la vida y la existencia en todos sus planos.

Si todo estuviese planeado, el mismo mal se vería huérfano, no tendría sentido su existencia.

Y todos sabemos por desgracia de su amargo sabor…