Amargo Dolor

Estos labios que saben a despedida,
Estos ojos que sueñan con volver a ver,
Aquellos pasos ya tardíos en el ayer,
Aquella mirada azul, en licores perdida.

Mi alma, difuminada en el alba, no olvida,
Luchan y perjuran, mis estertores por ver,
De nuevo su gracia posada en el atardecer,
De la misma San Lorenzo de su vida.

Ella me dio las llaves de la ciudad prohibida,
Ella me enseñó, sin pretenderlo el amor,
Tan joven, que aún anhela aquella perdida.

Y era tan fuerte y tan duro aquel pudor,
Que por miedo al fracaso y a mi herida,
Me limité a despedirla con amargo dolor.

Posted by Unknown |

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