Noche en Vela


NOCHE EN VELA:
Cinco de la mañana, como desde hace varias noches, no puedo dormir tranquilamente. Hay algo que me atormenta y a su vez me intriga.

Noche en vela, lágrimas libres, circulan por un rostro antes feliz, ahora preocupado por un amor fugaz, tan efímero, que como un bombón se presentaba en bandeja de plata, por varias veces y al ir a cojerlo, éste se desvanecía sumiéndome en la tristeza.

Sentimientos centella, descargas eléctricas desaparecidas de la faz de la tierra, ahora ya no surcarán el firmamento de mi corazón al verla cruzar el umbral de la piscina, o simplemente, de poder estar cerca.

Me pregunto si el Destino no estará siendo más sabio que yo (probablemente) y vaya mostrando poco a poco un amor, que bebido de golpe por este aprendiz de solitario, me hubiese hundido en el mayor de los horrores, el de la muerte en vida, llorando por las esquinas algo que fue y que ahora sólo quedaría la nostalgia.

Es más que posible que sea así, ya he podido comprobarlo más veces en otros temas. En ocasiones, un aparente suceso casual, pernicioso en el presente para nosotros, sirve de cabeza de puente hacia cotas más altas.

Entre tanto, mientras trato de consolarme en este solitario dormitorio, escribiendo unas líneas, la nostalgia se vuelve a hacer fuerte y me inunda un sentimiento de preocupación. Pido a Dios que no se vea herida por los actos de algún impresentable “cuerpo de cera”, vacío por dentro, que le pueda hacer daño de cualquier tipo, moral o psíquico.

Y algunos se preguntarán a qué viene tanta preocupación por una persona a la que apenas conoces de nada, pues bien, ahí está el tema que me hace enmudecer. Desde Enero llevo soñando periódicamente con una mujer, al principio sin rostro y al poco tornándose distinguible que no ha resultado ser más que ella, tal cual. De ahí mi estado, de ahí mi preocupación, es como si la conociese mucho más profundamente de lo que creía y eso, da que pensar.

Delirios de una noche en vela, hechizada por una Luna en decadencia, humedecida por la tristeza de un incomprendido y alumbrada sólo por los sentimientos de aquel que un día osó llamarse hombre.
(Noche del día en que la ví por última vez)

Posted by Unknown |

0 comentarios: