Chispazo


Lo recuerdo perfectamente, aquella fría mañana de Diciembre ha quedado grabada a fuego en mi corazón y en mi alma.

Allí arriba, en el monte, me subí a las estrellas, invisibles, solicitando respuestas.

Iluso de mí, subestimé su poder. Cuando formulé la petición lo hice pensando en verla, quizás, cumplida una vez abajo, en el coche. Me equivoqué, como tantas veces…

Fue como una luz, como un chispazo, ahora lo se, conecté lo más profundo de mi ser con lo invisible, me fundí en la grandeza de la vida de tal modo, que ahora casi lo recuerdo con nostalgia.

Aquel chispazo, aquel maravilloso sentimiento, afloró en mí nada más terminar, pero iluso de mí, cerré los ojos, ajeno a lo próximo. Sin embargo, nada más volver a la realidad y mirar aquellas dos piedras, esa sensación absolutamente maravillosa, increíblemente mágica, inmensamente reconfortante, revivió en mí de nuevo, multiplicada por infinito…

Mi espíritu se vio espoleado por esa sensación de firmeza, seguridad y certeza que me acompaña desde entonces. Aquellas lágrimas, las primeras en mucho tiempo y las primeras verdaderamente alegres, fluyeron, suaves a través de mi rostro.

Verdaderamente, aquel chispazo, aquel guiño divino, me conectó indeleblemente con lo infinito, con el reino del que se que procedo y del que ahora solo me queda la nostalgia.
Y solo es el principio…

Posted by Unknown |

0 comentarios: