La Mirada


Lo se, es cierto, he dejado este capítulo aparcado aún a sabiendas de que es importante.

Lo cierto es que me dejó maravillado, tanto, que me recorre un escalofrío al recordarlo.

Es por eso, por lo que no me he decidido hasta ahora a relatarlo, hay mucha vida de por medio como para tomarlo a la ligera.

Mi sobrino Jorge, un bebé apenas asomado a la vida, me ha enseñado más que cualquier libro. Cuan cierto es aquello que la vida se mide por los momentos que te dejan sin aliento…

Como digo, mi sobrino, mi maestro en este caso, me ha demostrado con hechos tangibles que la grandeza del Universo, del Amor Universal, se encuentra en lo más frágil, en lo más pequeño.

El hecho de verle llorar y a su vez ser calmado por mi madre, arrullándolo en sus brazos, apoyándolo en su hombro, cantándole una nana, me dejó atónito.

Aún rememoro con escalofríos de emoción su mirada, dirigida al mismo infinito, al mismo Dios.

Esos ojos, me enseñaron que no debo buscar a Dios en sacristías ni en libros, sino en mi interior, en su misma esencia, derramada con Amor sobre todo lo creado.

Y la profundidad de su mirada, reverbera en mi mente como un guiño, como un soplo de Vida dirigida al centro mismo de mi espíritu, recordándome que precisamente, en lo más pequeño, está Él.

Lo más grande, en lo más pequeño…
17/06/08

Posted by Unknown |

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanta razón, pequeños momentos de nuestra vida que pasan desapercividos ante nuestros ojos, prestando un poco de atención podemos obtener lecciones sobre la vida y lo que nos rodea, en algo aparentemente pequeño, cuando realmente es un infinito de belleza, dulzura y amor verdadero.

Como ya me hablamos, solo añadir que pocas cosas hay tan maravillosas como la vida de un niño, sobre todo de un recien nacido, es una mirada tranquila, llena de profundidad, estusiasmada por descubrir todo lo que le rodea, una mirada que no conoce odio o amor, es una mirada sin maldad, ni egoismo, sin rencor.. simplemente alegre, simplemente maravillosa.

Saludos amigo.