Destellos de la Vida


Una mirada, el destello de una sonrisa, el rasgueo de una guitarra, un amanecer, símbolo del comienzo, cada uno de ellos son experiencias que sentimos más allá de lo normal, son sucesos que, dicho pronto y mal, nos tocan la fibra sensible, es decir, nos llegan al alma.

Con cada una de esas experiencias, nuestro capitán interior se pone en pie, haciéndonos sentir bien, felices, en armonía.

Son sensaciones difíciles de describir con palabras, pero de las que, aun ocurriendo sólo una vez en la vida, quedan grabadas a fuego en nuestra memoria, nos hacen sentirnos vivos…

Unas gracias dichas a tiempo, una pregunta sincera, una risa espontánea, una mano sobre el hombro, son acciones de héroes, indican un grado de empatía superior, es por eso que son tan importantes, llegamos con ellas al centro mismo de la persona y, por un instante, el mundo parece ralentizarse, al ritmo mismo de las pulsaciones del corazón.

No deja de ser curioso como algunas personas, amparándose en su condición del sacerdocio, escuchan los en teoría “pecados” de los demás, de buena fe, eso no lo dudo, e imparten penitencia y perdón. Sólo uno mismo, en mi opinión debe escucharse a sí mismo y tomar las decisiones necesarias para mejorar en temas trascendentales, no en los banales de infracciones del rito, que no son más que temas humanos, sino en los relativos a su comportamiento hacia la vida y hacia los demás.

La ilusión de los niños, sus juegos, risas y bromas son también dignos de mencionar, su alegría y felicidad cuando están juntos parece no tener límites, más cuanto más pequeños son. En mi opinión, es el hecho de ser tan jóvenes lo que les impulsa a todos a ser así, simplemente viven felices, no se paran a pensar en los problemas futuros, viven al día.

Pienso que deberíamos ser niños de nuevo y vivir al día, como antaño, experimentaríamos de nuevo el asombro y la curiosidad hacia la vida que hemos olvidado con los años.

Los sabios son ellos…

Posted by Unknown |

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