Desde el Bauprés

El instante más espectacular ocurre cuando te despegas, cuando adquieres la conciencia verdadera, cuando te desinhibes de la materia y te dejas llevar.

Y es en ese instante, cuando flotas en el infinito, cuando sabes del suspiro que media entre dos eternidades, cuando se adquiere la verdadera identidad, fundiéndote con la inmensidad de la creación y abriéndose las puertas de lo invisible. Mi verdadera patria, la única, la del espíritu.

Uno se siente poderoso y, a la vez, ínfimo, casi una brisa. El mundo parece dar vueltas, sin embargo, yo sé que el que las da soy yo. Bamboleos inseguros, tomando conciencia. Es necesario acostumbrarse a ese estado, sin duda, tiene un gran porvenir…

Y en medio de las idas y venidas de mi cabeza, se me aparece una imagen recurrentemente, una imagen tierna, una imagen piadosa, parece conocerme de toda la vida. A veces parece sonreír desde lo alto del último lucero del alba, yo desde mi interior, asiento con el espíritu, yo sé que no es un sueño.

Le sonrío, es mi aliado...