Inspiración
Ha pasado justamente un mes desde que abrí los ojos, desde que me percaté del maravilloso sentido que tiene la vida.
Desde entonces, me acompaña una seguridad y una fuerza de voluntad desconocidas por mí hasta la fecha.
Más aún, escribí el primer capítulo de estas reflexiones para salvaguardar al máximo las experiencias que viví aquel día y me veo ahora ya por el capítulo doce, verdaderamente la Providencia sonríe a nuestras espaldas cada vez que hacemos planes…
¿Quién me iba a decir a mí hace seis meses, que comenzaría a escribir sobre estos temas?
Confesaré algo, absurdo quizá, aunque para mí es una certeza, cada palabra que escribo no sale directamente de mí.
Ciertamente, yo no soy capaz de escribir estas cosas y mírame, hoy yo también podría escribir los versos más tristes esta noche, o los más esperanzadores.
Creo y afirmo que todas, absolutamente todas las reflexiones escritas por mí no habrían sido tales de no haber sido inspiradas desde lo más profundo de mi espíritu, por alguien, llámale como quieras.
Algo ha despertado en mí (y no soy ningún iluminado precisamente), algo que me anima a poner por escrito todas estas cosas, algo que me da motivos, que me aconseja, que me sugiere los temas, que, en definitiva, dirige estos relatos por mí.
La verdad es que no es fácil tratar de subyugar los sentimientos a un vulgar papel, tratar de plasmar lo abstracto, más aún de transmitirlo a un hipotético lector no es tarea fácil, yo, como he dicho antes, no soy capaz por mí mismo, alguien además de mí pulsa las teclas de este teclado.
Espero y deseo con todo mi corazón estar consiguiéndolo, estas verdades, si bien ya las descubre cada uno en su momento, conviene sugerirlas a la intuición, al corazón de cada uno.
Oigamos a ese ángel-mujer que es la intuición, ella nunca se equivoca.
Desde entonces, me acompaña una seguridad y una fuerza de voluntad desconocidas por mí hasta la fecha.
Más aún, escribí el primer capítulo de estas reflexiones para salvaguardar al máximo las experiencias que viví aquel día y me veo ahora ya por el capítulo doce, verdaderamente la Providencia sonríe a nuestras espaldas cada vez que hacemos planes…
¿Quién me iba a decir a mí hace seis meses, que comenzaría a escribir sobre estos temas?
Confesaré algo, absurdo quizá, aunque para mí es una certeza, cada palabra que escribo no sale directamente de mí.
Ciertamente, yo no soy capaz de escribir estas cosas y mírame, hoy yo también podría escribir los versos más tristes esta noche, o los más esperanzadores.
Creo y afirmo que todas, absolutamente todas las reflexiones escritas por mí no habrían sido tales de no haber sido inspiradas desde lo más profundo de mi espíritu, por alguien, llámale como quieras.
Algo ha despertado en mí (y no soy ningún iluminado precisamente), algo que me anima a poner por escrito todas estas cosas, algo que me da motivos, que me aconseja, que me sugiere los temas, que, en definitiva, dirige estos relatos por mí.
La verdad es que no es fácil tratar de subyugar los sentimientos a un vulgar papel, tratar de plasmar lo abstracto, más aún de transmitirlo a un hipotético lector no es tarea fácil, yo, como he dicho antes, no soy capaz por mí mismo, alguien además de mí pulsa las teclas de este teclado.
Espero y deseo con todo mi corazón estar consiguiéndolo, estas verdades, si bien ya las descubre cada uno en su momento, conviene sugerirlas a la intuición, al corazón de cada uno.
Oigamos a ese ángel-mujer que es la intuición, ella nunca se equivoca.
Posted by Unknown
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