Desde el Bauprés

Como he relatado capítulos atrás, hace tiempo que vengo practicando técnicas de relajación y de proyección. Como dije, los avances son lentos, sin embargo en cada sesión aprendo una experiencia nueva.

Hoy, por ejemplo, he sentido más que nunca el hecho de la parálisis del sueño… estando lúcido.

Se experimenta una notable sensación de pesadez, de hormigueo y de pereza en el pensamiento.

Esa pesadez, me suele entrar de abajo a arriba, es decir, comienza por las manos, siguen las piernas, posteriormente los brazos y finalmente el cuello.

Resulta extraño comprobar los hormigueos y más aún, parezco tener la sensación, no se si real o ficticia, de una progresiva tensión de los músculos de las piernas.

La mente, al cabo de un tiempo, acaba por tener pequeñas ensoñaciones, mitad lúcidas, mitad espontáneas. He de recalcar que para llegar a ese estado necesito de momento cerca de 45 minutos de extrema placidez y vaciado de la mente de pensamientos.

A veces, en la negrura de mi vista, parezco dibujar rostros, luces, casas, paisajes. En mi opinión tienen algo más que el ser una simple ensoñación, pues estando relajado y consciente, intento dibujar un rostro conocido como si lo estuviera viendo realmente y nunca lo consigo. Se podría decir que esas imágenes del recuerdo que intento plasmar delante de mí, no están más que en el recuerdo, en la trastienda de mi mente y no delante, como pretendo.

Verdaderamente se necesita práctica, mucha práctica y además, unos niveles de concentración casi sobrehumanos para conseguir proyecciones reales. He conseguido una por espacio de unos segundos y quizá otra aún menor, pero los hechos son impresionantes.

Espero con el tiempo adquirir más pericia en estos temas.