Tercer Avistamiento

[Paréntesis, de nuevo, en el normal discurrir de mis reflexiones, cronológicamente ordenadas.]



Sábado, 14 de junio de 2008:

-Juanjo y yo regresamos del Escorial, nuestro destino es Guadarrama.
-Son las doce y media aproximadamente, hace una semana del segundo avistamiento ovni y dos del primero.
-A la altura del polideportivo, nos llama la atención de nuevo una luz fija sobre Madrid, aunque algo más al norte.
-Es una luz amarilla, de magnitud posible -3.5<>-4
-Como la semana anterior, la luz parece fija a no demasiada altitud, por debajo de la capa de estratos que cubre la ciudad y que ciega el firmamento.
-Como novatos que somos y basándonos en la experiencia anterior, decidimos no parar y continuar hasta nuestro destino, lo que nos lleva alrededor de siete u ocho minutos durante los cuales no conseguimos encontrar la luz de nuevo. Las casas y árboles nos han interrumpido la línea de visión.
-Una vez en lo alto de un cerro y aún sin encontrar la luz, me decido a llamar por teléfono a una amiga especializada y de sobrada experiencia en el fenómeno.
-Es la una menos diez, la coincidencia en horarios de los tres fenómenos me incita a decírselo a mi amiga.
-De pronto y sin previo aviso, durante la conversación en lo alto del cerro, comenzamos a ver de nuevo la luz, parece haber aparecido de entre las nubes y más o menos cercana al primer punto visualizado.
-En esta ocasión, la luz se desplaza hacia el sur-suroeste al tiempo que va ascendiendo.
-Sobrevuela Madrid y parte de la zona suroeste de la provincia. Por supuesto, no advertimos ruido alguno que delate su identidad, ya fuera avión o helicóptero. La posibilidad de la estación espacial la descartamos, pues el objeto vuela por debajo de las nubes.
-Al tiempo que asciende, varía su destello entre una luz amarilla muy potente y una luz roja si cabe, aún más potente.
-Me despido de mi amiga, prometiéndole escribir estas líneas.
-La perdemos de vista entre las nubes, no creo que el tiempo de vuelo observado haya sido superior a tres minutos.





-Cercanas las dos:

-Por supuesto, vuelvo a observar el cielo un buen rato, comprobando que la luz de la semana anterior no está, luego deduzco que no se trataba de una estrella. (A estas alturas, se habían abierto unos claros en la sierra)
-De pronto, mi amigo y yo vemos una columna de humo enorme, un edificio semiruinoso está ardiendo.
-Curiosos, Juanjo y yo bajamos al pueblo a ver de cerca el incidente.
-A la vuelta y para rematar la noche, veo entre el humo la luz de la semana pasada, la misma luz blanco azulada que nos tuvo intrigados, ahora se había aparecido de nuevo en el cielo.
-Pienso para mis adentros que quizá (la luz) haya querido observar el fuego. (?)
-La luz permanece unos minutos, de vuelta a la casa y ya lejos de la columna de humo, compruebo que la misma ya no está donde se supone que debería de estar, simplemente, ha desaparecido sin dejar rastro.

-Y una mezcla de sentimientos irrumpe en mi corazón, camuflados de duda. Separo lo visto en tres sucesos diferenciados por un espacio de tiempo en el que la ausencia de los mismos, me ha puesto en guardia…

-¿Estaremos ante meras coincidencias?
-¿Habremos confundido las luces?
-¿Asistimos ante una nueva oleada de avistamientos o por el contrario, somos nosotros los que pensamos que son menos frecuentes de lo que en realidad son?
-¿Casualidad en cualquier caso, que sea ahora cuando nos interesamos por el tema, cuando vemos cosas extrañas en los cielos?
-¿Se muestran voluntariamente ahora que los buscamos y no antes?

-Interrogantes que de un modo u otro, se entremezclan con el alba, al abrigo de una noche que me susurra que esto es sólo el principio…

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