Rumbo


Somos como un velero, como una embarcación mecida al son de los vientos.

Pocos son los que toman el timón de su velero, sacrificando su Vida, en pos de alcanzar metas artificiales creadas por los de siempre.

Los más se dejan llevar, no toman el timón, pero tampoco experimentan vivamente ese viaje fantástico. Viven alienados en la masa, sus metas son las de la muchedumbre. Viven imbuidos en su materialismo asfixiante, en su amargo egoísmo, en su recalcitrante egocentrismo.

Sin embargo, hay otro tipo de “capitanes”, Kuis, por ejemplo. Aquellos que dejándose llevar en las manos del Padre, son conscientes de la Vida con mayúsculas. Aquellos que al acostarse rememoran las experiencias del día no por su importancia, sino por su valor. Son ellos, los que duermen tranquilos, viven al día, el mañana es para ellos una mera sombra de lo futurible.

Cierto es que, como el gran círculo que es el Padre, todos los rumbos conducen a Él, sin embargo, vale la pena ser conscientes del viaje emprendido, durante y no después, de lo contrario pasaremos por esta vida ajenos a su verdadero objetivo, VIVIRLA.

Vivamos, pues, en armonía con lo que nos rodea y con nosotros mismos, no vale la pena vivir en tensión continua…

¡Vivamos! ¡Volemos alto, por encima del horizonte, allá donde sólo llegan unos pocos!

Experimentar, soñar, saborear, sentir, acariciar, Amar… Tantas cosas dejamos de lado, que podemos llegar a arrepentirnos en el futuro, si es que en ese hipotético futuro, nos damos cuenta…

Vive más el que sueña.

Posted by Unknown |

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